Un tema que ya he tratado con anterioridad en el blog es el que relaciona los aspectos del lenguaje verbal con el visual, sobre todo desde el punto de vista de la semiótica y la comunicación. Pero siempre me parece interesante volver a este asunto, porque en el campo de la estética, lo que se percibe y cómo se percibe, es fundamental. Y en este sentido, la estructura de un lenguaje es básico.
Traspasar literalmente el análisis gramatical del lenguaje verbal al lenguaje visual es ciertamente difícil. Entre otras cosas, porque nuestro cerebro no procesa de la misma manera una imagen que un mensaje escrito y/o hablado. A pesar de todo, hay conexiones mercadas entre ambos lenguajes. Por eso, se puede afirmar que la hipótesis de la existencia de un lenguaje visual con su propia gramática, resulta ser un ejercicio que permite analizar y experimentar mejor los diferentes elementos que intervienen en la comunicación y en la expresión gráfica.
Ya aquí he citado a diferentes autores que en el entorno de los estudios de la comunicación visual utilizan expresiones como "lenguaje visual", o también "alfabeto visual", "sintaxis de la imagen", o "sintagmas audiovisuales". Aunque las equivalencias con el lenguaje verbal no se pueden considerar estrictas, podemos acordar la existencia de una "gramática visual". Ésta tiene unas reglas y estructuras propias que podemos identificar, de la misma manera que identificamos las que hay en el lenguaje musical o el matemático, por poner otros ejemplos diferentes del verbal.
Uno de los rasgos fundamentales de la relación entre el lenguaje verbal y el visual es su carácter comunicativo común. Toda imagen permite ser comprendida como un mensaje en el interior de un proceso comunicativo. Para comprender mejor estas relaciones se ha definido una gramática visual, que será el tema de las próximas publicaciones.
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