En 1999 la artista digital estadounidense Natalie Bookchin colocó en la Web un juego interactivo basado en el formidable cuento del escritor argentino Jorge Luis Borges de 1966 "La intrusa". En este cuento dos hermanos gauchos de fin del siglo XIX se enamoran de una misma mujer, y viven un tiempo compartiéndola en su rancho de la pampa... hasta que deciden desprenderse de ella vendiéndola a un burdel, porque les traia imposibles rivalidades. Sin embargo la siguen deseando tanto (inlcuso se cruzan en el prostíbulo) que al tiempo se la llevan de nuevo a casa. Pero la relación se hace tan insostenible que recurren a la solución final: matan a la intrusa. Esta trama permite a Bookchin hacer un juego alegórico en el cual los personajes de manera indirecta recrean todas las visicitudes del cuento borgiano.
Natalie Bookchin, quien se graduó licenciada en Artes en Neva York en 1984, se ha dedicado los últimos años a desarrollar un trabajo aplicado a la Web que indudablemente está ligado a una estética propia de lo digital y de los videojuegos. En "The Intruder" los jugadores adoptan de forma simbólica las acciones que el cuento de Borges implica: recoger objetos que caen, recorrer espacios paradójicos, saltar y disparar se ligan a la trama en la que diez ambientes distintos se suceden para dar forma a toda la secuencia.
Lo más interesante es que se hacen alusiones a los primeros juegos de video como Pong o Space Invaders, que parecieran no tener que ver nada con la narrativa. En el caso del viejo juego de ping-pong se sustituye la pelota por una figura femenina burdamente pixelada, que recibe los golpes de la paleta, en clara alusión al maltrato a la que la protagonista del cuento es sometida por los dos hermanos, que la considerán más una "cosa" que una persona. Y el jugador asume ese rol de castigador machista. Como fondo sonoro, una voz lee en inglés (hay una versión en francés) ciertos pasajes del texto original. En otras escenas los personajes recorren calles, entran a los lupanares y ven como llegan naves extraterrestes a su casa en las pampas.
Al combinar literatura y juego, Bookchin tiende un puente entre el arte y la cultura popular o de masas al tiempo que resalta las diferencias entre ambas. Hay sin duda una posición que podría decirse es política, en la que a través del juego interactivo se cuestionan valores y destacan virtudes de las expresiones artísticas contemporáneas. Ella ha realizado más proyectos en esa línea, siendo el más notable "Metapet" de 2003. Puede verse más en: http://www.calarts.edu/~bookchin/intruder/ y en http://www.metapet.net/.
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