Como hemos estado viendo en las dos publicaciones anteriores, el filósofo francés Roland Barthes analiza los mitos que alimentan nuestra vida cotidiana como el automóvil, la publicidad, el deporte. A partir de la actualidad en la que emergen, aparecen luego separados de su sentido original para convertirse en expresión de ideología de la cultura de masas moderna. En su libro Mitologías (1957), pone su mirada y su análisis sobre nuestros mitos modernos, y desnuda la espesa capa de significaciones que envuelve a todos los fenómenos y objetos de nuestra vida diaria y que muestra cómo la idea de realidad está parcializada. Así, revisa los lugares comunes de la sociedad de masas haciendo un desmontaje semiológico de su lenguaje. Barthes articula en el texto un análisis que escapa a la forma académica y asume un carácter profundamente político.
El mito contemporáneo surge de aquellos discursos y construcciones que hace la sociedad moderna y que son multiplicados por los medios de difusión. El análisis del mito contemporáneo que realiza Barthes demuestra características "ocultas" ideológicamente de la relación semiológica que se establece en la cotidianeidad de las relaciones sociales, dentro de un régimen social determinado, en el caso de Barthes y el del mundo occidental, en la sociedad capitalista.
Para establecer sus premisas, primero realiza una serie de reflexiones sobre temas variados (marcianos, juguetes, el vino y la leche, la astrología) en las que identifica el factor básico del mito: son mitologías propiamente como lo establece el canon definitorio. Pero luego Barthes aborda el mito en su actualidad y propone su teoría semiológica acerca del mito y sus consecuencias. Se adelanta a afirmar, para evitar cualquier confusión, que "el mito es un habla" y fundamentalmente "constituye un sistema de comunicación, un mensaje". Lo interesante en el mito es que en la comunicación no tiene menor importancia el referente del mensaje ni el mensaje mismo, sino la forma en que se profiere el mensaje; el mito es forma, no sustancia, el mito no surge de la "naturaleza" de las cosas, es un habla "elegida por la historia", por lo que su fundamento es histórico. Eso influirá en las mitologías del siglo XX y del XXI, como vere4mos en la próxima entrada del blog.
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