Para cerrar esta serie de entradas sobre el tema de las mitologías contemporáneas y los medios de comunicación, abordados por el filósofo francés Roland Barthes, haremos un análisis de como se manejan los mitos hoy y su relación con el sistema político y económico dominante en el presente. El mito en la actualidad pierde la cualidad histórica de las cosas, no hay pasado, es una despolitización donde se naturalizan las cosas. Siendo así, existe por lo menos un habla que se opone al mito: el habla que permanece política. El habla que no es mítica, por tanto, es la del hombre productor, pues el "actúa" las cosas, no las "canta" (no hay metalenguaje). Los medios de comunicación masivos juegan aquí un papel importante.
Existe según Barthes, una retórica del mito burgués, cuyas figuras principales son: la privación de historia (en el mito la historia se evapora) y la “vacuna": "Se inmuniza lo imaginario colectivo mediante una pequeña inoculación de la enfermedad reconocida; así se le defiende contra el riesgo de una subversión generalizada". Como podemos ver, el mito hoy está impulsado por los medios de comunicación y busca reproducir o reflejar la realidad, pero de una manera no tradicional. En este sentido, se destacan las historias de héroes y superhéroes que el cine, la televisión, los comics y demás medios se encargan de potenciar. Es lo que se conoce como comunicación trasmedia, en la que el uso de distintas formas mediáticas de combinan para difundir esas historias que se inventan para el disfrute 8 y alienación) del imaginario colectivo. Basta con ver las películas recientes que contienen personajes de ficción y fantasía. Desde El Señor de los Anillos hasta Harry Potter, pasando por toda la gama de superhéroes y mutantes que las grandes empresas de comunicación multiplican.
Por ejemplo, las películas que tienen éxito masivo en la taquilla reciente incluyen la saga de Los Vengadores (“Avengers”), con Pantera Negra como ejemplo, que convierte en protagonista de nuestra época a un personaje que debutó en 1966. Mamma mia: Una película, cuya banda sonora es de ABBA, un grupo que lanzó sus grandes éxitos en los años setenta. Misión Imposible, basada en una serie de televisión de los años sesenta y setenta. Cuando nos adentramos en la tercera década del siglo XXI, la mitología del siglo XX sigue presente. El éxito de Harry Potter ha explotado exponencialmente en estas dos décadas, pero las novelas están ambientadas en los años ochenta y noventa. Los niños de hoy todavía usan pijamas de Mickey Mouse, quien dentro de diez años cumplirá un siglo de vida. ¡Otro personaje mitológico, como toda la familia Disney!
En carnaval los niños se visten como Superman, Batman o el Capitán América, que nacieron en plena Segunda Guerra Mundial. Es decir, son mitos que ya llevan décadas en nuestro inconsciente colectivo. Aunque Frozen o La patrulla canina hayan ocupado un espacio importante en el imaginario infantil de nuestra época, siguen siendo predominantes los personajes del siglo pasado de los universos de Disney, Marvel y D.C. Muchos de esos mitos también entretienen masivamente al público adulto, que se mantiene fiel tanto a la saga setentera de Guerra de las Galaxias como a los nuevos discos y conciertos de sus contemporáneos Bob Dylan o The Rolling Stones. Todos mitos impulsados por los medios de comunicación social y la industria cultural. Ahora tenemos Juego de Tronos, basada en la saga Canción de Hielo y Fuego, la serie de novelas de George R. R. Martin. No es casual que las series de televisión se hayan convertido en la nueva máquina de generar mundos globalmente reconocibles. Todo ello multiplicado por la Web y la Internet, que termina de conformar un universo de nuevas mitologías expandido gracias a la capacidad multimedia de hoy, tal como Roland Barthes advertía.
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