Este fragmento está en el libro Ensayos sobre la significación en el cine (1968), del teórico y sociólogo francés Christian Metz (1931-1993), un breve comentario sobre el cine y la fantasía:
"Una obra fantástica solo es fantástica en la medida en que convence (en caso contrario es simplemente ridícula), y la eficacia del realismo en el cine se debe a que lo irreal aparece allí como realizado y se ofrece a la mirada bajo las apariencias de lo acontecimiental, y no como la plausible ilustración de algún proceso extraordinario, puramente concebido".
Esta afirmación sigue siendo válida aún hoy, más de 50 años después.
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