martes, 9 de julio de 2013

Adicción digital

El la publicación de ayer hice referencia a la desintoxicación digital o "detox", remedio de la llamada adicción digital o "digirexia", como la llamé en alusión a la anorexia o vigorexia, que son conductas anómalas y extremas que distorsionan una actividad que podría ser normal: hacer dieta o hacer ejercicio. En este caso, hacer uso de los dispositivos digitales.

Así como ahora hay lugares que se dedican a "curar" esta necesidad de conexión permanente, hay también teóricos que consideran que esa digirexia es una demostración del desequilibrio del mundo actual. Ciertamente la población de La Tierra está cada vez más interconectada, pero siguen habiendo vastas regiones del globo donde el digitalismo es irrelevante porque no hay ni agua ni comida ni medicina.  Según el Banco Mundial, en Marzo de 2013 un total de 1.300 millones de personas viven en el mundo con menos de 1,25 dólares al día, lo cual es a todas luces una tragedia, y casi la mitad de esa gente se reparte en tres países: China, India y Brasil, que paradójicamente se consideran los de mayor crecimiento económico en los últimos años.

Es entonces una contradicción que haya preocupación por la adicción digital cuando hay problemas más graves que éste. Pero ha sido siempre así. Los valores no son siempre los más justos. Indudablemente se ha mejorado la situación, si se considera que en la mitad del SXX casi la mitad de la población del mundo estaba en pobreza. Pero aún no se llega a un equilibrio donde el acceso a la tecnología digital sea universal y se hayan superado esas necesidades básicas. Tal vez en ese entonces sí tengamos que preocuparnos por una digirexia global.



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