sábado, 17 de agosto de 2024

Arte y meditación (1)

La definición de arte, sabemos, es compleja, extensa y varía dependiendo del punto de vista conceptual o filosófico que se adopte. No obstante, hay una especie de consenso en aceptar al arte como manifestación de una forma de cultura humana o la interpretación de otras manifestaciones (naturales o artificiales) según criterios de apreciación y valoración. Es aquí donde entran entonces las ideas de estética y estilo que ya he tratado  bastante en este blog. 

La meditación es también otra actividad humana que tiene aristas, visones y aproximaciones diferentes, también en función de la manera metal o filosófica que se adopte. Se puede decir que es una práctica mental y corporal que está dirigida a lograr cierto estado de relajación y concentración que ayude a la persona a mejorar su relación consigo mismo y con su entorno. Hay diversas técnicas y maneras de meditar, sobre todo en relación con la cultura y sociedad con que se asocie.

Ahora bien, pareciera que arte y meditación son cosas distantes, pero realmente se puede establecer una relación entre ambas actividades, partiendo de que las dos buscan afectar nuestro espíritu, De hecho, la conexión entre el arte y la meditación es profunda y multifacética, y ha sido explorada por artistas y filósofos a lo largo de la historia.

En principio las dos disciplinas comparten el objetivo de conectar con uno mismo, explorar la creatividad y alcanzar un estado de conciencia superior. Hay una intención de agrado, de comunicación y de interacción. Ciertamente el artista busca transmitir, establecer una interlocución con el espectador, pero también busca una liberación y una manifestación de sí mismo. El arte implica una forma de meditación, porque la creación entraña una reflexión, una introspección y a la vez una conexión con la realidad. 

El arte nos ayuda a ir más allá del raciocinio, toca nuestros sentidos y nos ayuda a acceder a nuestra humanidad de un modo único para cada persona. La experiencia artística busca hallar sonidos e imágenes en el silencio para hablarle a nuestro ser profundo. Claro, muchas manifestaciones artísticas y culturales han pasado a formar parte de la industria cultural, desdibujando su intención original, pero aún a pesar de esto, el arte sigue siendo una fuerte expresión del alma humana y esto le conecta con los procesos de meditación y reflexión.

Los más notable es que esta conexión se hace presente en todas la culturas y en todos los momentos históricos. No importa si es en Asia, en Occidente, en Oriente o en África, arte y meditación han estado presentes desde tiempos inmemoriales, con motivaciones e intereses diferentes, por lo tanto el vínculo se hace muchas veces inextricable. En las próximas publicaciones veremos cómo se hace patente esa relación y su importancia en el mundo de hoy.

 

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