En estas fechas ya se va dando por terminado el año calendario, en este caso el que corresponde al 2013. Mañana es el último día, y a la medianoche se harán los rituales culturales de cada región. Lo extraordinario es que en esta época de tecnología y multimedia aún prevalecen tradiciones que en muchos casos ni tienen que ver con nuestras ideas, sino que son importaciones de otras épocas y otras sociedades.
Además traemos (en el mundo occidental y ahora en todo el orbe) una tradición que está fundamentada en el cristianismo, que es aceptar el 31 de Diciembre como final del año -un día anodino-, cuando en la mayoría de las culturas antiguas se tomaban fechas astronómicamente relevantes, como los solsticios o los equinoccios. La fecha del nacimiento de Jesucristo (24 de Diciembre) tampoco es muy fiel a la historia real, sobre todo si tomamos en cuenta que se pasó del calendario Juliano al Gregoriano en 1582 cambiando 10 días (eliminándolos, en realidad) para ajustar las fechas naturales a las religiosas.
Por lo tanto, esta celebración de fin de año es más que nada un hecho ritual social, que ha ido perdiendo su valor simbólico para convertirse en algo más bien festivo y banal. Incluyendo nieve en el trópico. Lo cual no impide que sigamos deseándonos un venturoso y próspero año que viene.
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