lunes, 6 de diciembre de 2021

Mitologías y comunicación por Barthes (1)

Uno de los libros más originales, interesantes y polémicos del filósofo francés Roland Barthes (1915-1980) es Mitologías, de 1957. En este texto enfoca el tema de los mitos desde una perspectiva que abarca el estructuralismo, la crítica, la sociología, la comunicación y, por supuesto, la semiótica. para ubicar el sentido de sus propuestas hay que definir primero qué es un mito. 

Hay que partir de la definición de mito como una narración maravillosa protagonizada por dioses, héroes o personajes fantásticos, ubicada fuera del tiempo histórico, que explica o da sentido a determinados hechos o fenómenos. La palabra, como tal, proviene del griego μῦθος (mythos). Estos mitos están ligados a las tradiciones y culturas populares. Así, los mitos forman parte del sistema de creencias de un pueblo o cultura. Considerados en conjunto, los mitos conforman una mitología. La mitología, como tal, es la que sustenta la cosmovisión de una cultura, es decir, el conjunto de relatos y creencias con los cuales un pueblo se ha explicado tradicionalmente a sí mismo el origen y razón de ser de todo lo que lo rodea.

Como mito, por otra parte, también se puede designar aquella historia ficticia de elaboración literaria en la cual se condensa alguna realidad humana y que tiene determinada significación universal. El mito constituye un sistema de comunicación, un mensaje. Se trata de un modo de significación, de una forma. Si el mito es habla, todo lo que justifique un discurso puede ser mito. Se define por la forma en que se profiere.

Algunos objetos se vuelven motivo de la palabra mítica durante un tiempo. Luego desaparecen y otros ocupan su lugar, acceden al mito. Se pueden concebir mitos antiguos, pero no hay mitos eternos. Puesto que la historia humana es la que hace pasar lo real al estado de habla, sólo ella regula la vida y la muerte del lenguaje mítico. Es decir que el mito es un habla elegida por la historia.

En principio los mitos no tienen testimonio histórico, es decir, no son comprobables, a pesar de que por lo general se consideran verdaderos o válidos en la cultura. Esto se debe a que funcionan como explicaciones imaginarias a fenómenos complejos, y sirven para transmitir valores, creencias y conceptos a las generaciones venideras. Los mitos no funcionan fuera de dichos sistemas de creencia, cosa que Barthes toma como base para sus análisis, como veremos más adelante.

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