Ya en otras publicaciones aquí en el blog he hablado y comentado sobre el problema de los bulos y fake news, que es un asunto que pareciera haberse potenciado en los últimos años, por la extensa utilización de las redes sociales. Como he señalado antes, este no es un fenómeno exclusivo del siglo XXI, porque noticias falsas las ha habido siempre. Pero ahora se está produciendo una nueva variante que es la "noticia falseada", que si bien también tiene antecedentes milenarios (el tradicional chisme es el mejor ejemplo), ahora adquiere una nueva dimensión: la de la masividad e inmediatez.
Una institución como el Observatorio Venezolano de Fake News, se ha preocupado por resaltar la diferencia entre "noticia falsa" y "noticia falseada". Es la diferencia entre "rumor" y "calumnia". La calumnia es una noticia falsa, usualmente inventada, con fines determinados. El rumor, en cambio se basa en algún hecho real, tergiversado o modificado, a veces de manera casual. Según esta institución investigativa, "para distinguir los propósitos de las fake news es indispensable volver a su definición, en otras ocasiones citada por este observatorio. En español, muchas veces la traducción de fake news es “noticias falsas”. Sin embargo, un sinónimo adecuado es “bulos”, cuya definición en singular aparece en el Diccionario de la Lengua Española (DLE) como “noticia falsa propagada con algún fin”. En este sentido, el Observatorio Venezolano de Fake News opta por “noticias falseadas” en lugar de “noticias falsas”, a fin de destacar la intencionalidad subyacente a su creación y difusión". Este es un giro sutil pero importante.
Las fake news pueden tener distintos propósitos, pero usualmente están relacionados con alguno de estos dos objetivos principales: económico o ideológico. Este último abarca todas aquellas intenciones que buscan obtener el apoyo para ideas de cualquier índole (políticas, religiosas, sociales, culturales, etc). Claro, están aquellos objetivos que buscan ganar audiencia, pero al final eso puede traducirse en interés económico o de otro tipo personal. Esto es falsear la noticia.
Como sea, si bien no es un problema de estética, es un problema de cibercultura, dado que todo ese tema de las informaciones falseadas afectan nuestra percepción de la realidad. Sobre la base de ciertos hechos reales se transforman sus contenidos para lograr fines a veces alejados de la sensatez, los valores o la verdad.
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