En uno de sus textos, recopilado en sus Obras Completas, el poeta francés Charles Pierre Baudelaire (1821-1867), habla sobre la influencia de la naturaleza y de la razón en la creatividad del artista. Según su visión, la naturaleza solo guía al hombre hacia las penas y las trivialidades, porque está impregnada de aquellas cosas que hacen nuestra vida más dura. En tanto la razón motiva al espíritu, porque atañe a lo que se concibe más allá de lo vulgar. Así, afirma que:
"Todo lo que es bello y noble es resultado de la razón y el cálculo. El crimen, por el que el animal humano adquiere cierta afición en el vientre materno, es de origen natural. La virtud, al contrario, es artificial y sobrenatural. El mal se hace sin esfuerzo, naturalmente, inevitablemente; el bien es siempre un producto del arte".
Como se puede apreciar, es una posición un tanto fatalista, que en su momento (a finales del siglo XIX) dio origen a un grupo que se conoció como Los Decadentes, que valoraba la libertad expresiva por encima de los valores morales imperantes, despreciando las costumbres burguesas de su época. Oscar Wilde (1854-1900), el famoso escritor irlandés, también identificado con el decadentismo, llegó a decir: "Mentir, decir cosas hermosas y falsas, es el objetivo correcto del Arte". Charles Baudelaire inspiró gran parte de ese movimiento, con sus posiciones polémicas y críticas, también contrarias a la estética burguesa del siglo XIX.
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