sábado, 5 de julio de 2025

Democracia deliberativa según Habermas

La democracia deliberativa, según Jürgen Habermas, es un modelo de democracia que se fundamenta en la formación de la voluntad política a través de la discusión libre, abierta y permanente entre todos los participantes, quienes deben dialogar en igualdad de condiciones. Para Habermas, filósofo alemán de la Escuela de Frankfurt, la legitimidad de las decisiones políticas no proviene solo del voto mayoritario ni de la simple representación, sino del proceso racional y argumentativo en el que los ciudadanos afectados por una decisión pueden participar activamente y sin coacción, evaluando los argumentos en función de su validez y coherencia, no por el estatus de quien los plantea.

Son varios los elementos que Habermas destaca como centrales de la democracia deliberativa. En principio, la participación activa e inclusiva. Todos los afectados por una decisión deben poder participar en el proceso deliberativo en igualdad de condiciones, sin exclusiones ni presiones externas. Esto implica un diálogo racional, en el que las decisiones deben ser el resultado de una deliberación racional, donde los argumentos se someten a crítica y justificación pública, y se busca el consenso o, al menos, la aceptación razonada de las normas y políticas.

También son importantes los procedimientos institucionalizados. El respeto a los principios constitucionales y a los procedimientos de comunicación institucionalizados son claves para facilitar la toma colectiva de decisiones y la construcción de una unidad política plural. Si liga esto con la idea de una legitimidad y un poder comunicativo. La legitimidad de las normas y decisiones políticas se basa en la aceptación racional y pública de los ciudadanos, no solo en la imposición o el ejercicio del poder administrativo.

Habermas propone la democracia deliberativa como una superación tanto del modelo liberal (centrado en la agregación de intereses individuales) como del republicano (centrado en la virtud cívica), apostando por un modelo normativo que responda a las demandas de sociedades pluralistas y complejas. Es decir, la democracia deliberativa es un proceso de construcción colectiva de las normas y decisiones políticas mediante el diálogo racional, inclusivo y libre de coerción, donde la legitimidad emana de la participación activa y argumentada de todos los ciudadanos afectados.

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