En la publicación anterior se hizo referencia a una forma de clasificación de las imágenes visuales (imagramas), según sus funciones: racional y expresiva. El primero de los dos, la imagen racional, se relaciona con una representación simplificada y abstracta de un fenómeno real o de un objeto del mundo exterior, bajo la forma de mensaje en el que la semántica precede a la estética (entendida esta última como estilo o temática, no como aspecto de la belleza), y posee todas las características de un lenguaje.
El caso de la imagen racional se refiere al uso de las imágenes como elemento de explicación y graficación de la realidad, sea esta física o abstracta. La más obvia es la matemática, que emplea gráficas, modelos, diagramas y figuras. Pero también hay imágenes racionales aplicadas a la simbología, a la enseñanza, a la comunicación. Esta imagen es monosémica, es decir, que su significado debe ser único. Así, un gráfico, una señal, un diagrama debe quedar claro en su sentido. Una fachada o un plano arquitectónico, un dibujo anatómico, una fotografía técnica, un dibujo educativo, no deben permitir percepciones difusas.
La señalización, por ejemplo, es muestra de la imagen racional, porque apela al raciocinio, al razonamiento. El papel de las señales (de tránsito, de indicación, de localización, de ubicación) es de advertir, orientar, indicar eficazmente dentro de un espacio por medio de datos tan breves, concisos y precisos como sea posible. Igualmente, otro ejemplo son las imágenes figurativas de aprendizaje, pensadas para que el lector comprenda por la vía de la abstracción o la simplificación, conceptos, narraciones, descripciones o imágenes más complejas.
En resumen, la imagen racional busca una cierta objetividad, que no implica valores estéticos de por sí, ni tampoco sentidos connotativos. Estas responden a reglas de organización, composición y distribución gráfica que responden a la lógica de la comunicación no visual lo más clara posible. Sin duda que ello también depende de la convención y el entorno cultural, lo que depende de los códigos y el sistema de relaciones lógicas que se utilice. La imagen puede ser conjuntamente visual y racional. Claro, también puede ser expresiva, como veremos en la próxima publicación.
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