En principio, el término dialogismo corresponde a la figura gramatical o literaria que consiste en expresar en forma de diálogo las ideas, o los sentimientos de los personajes de una obra. También se aplica cuando la persona que habla lo hace como si platicara consigo misma. Más aún, se puede referir a la acción en la cual el hablante cita textualmente sus propios dichos o discursos, o los de otras personas o cosas personificadas. Siendo así, dialogismo no es diálogo, como tampoco lo esa la dialéctica. La dialógica, por su parte sí pertenece al concepto de diálogo, en tanto lo dialogístico es aquello perteneciente al diálogo, o aquello escrito en esa forma.
Pero quien propone una definición más interesante de dialogismo (o dialoguismo) es el crítico literario, teórico y filósofo del lenguaje ruso Mijail Bajtin. Hizo contribuciones originales a la nueva lingüística, la sociolingüística, la narratología, la antropología literaria e, incluso, a los estudios culturales y las construcciones hipertextuales. Entre su obra crítica y analítica, destacan los trabajos que buscan entender el proceso de cambio y evolución de los llamados estilos literarios, y dentro de éstos, el uso de construcciones como el diálogo, como cimiento la novela moderna.
El diálogo narrativo es explicado por Bajtín a través de la noción de "dialogismo", que como capacidad discursiva abre las fronteras de la textura formal del diálogo y lo lleva a una máxima potencialidad expresiva. Su realidad explícita en el texto la constituye el discurso "referido" o discurso del "otro", como posibilidad dialógica del locutor, sujeto al que refiere una narración. En palabras suyas, el dialogismo del discurso novelesco queda definido así:
"Para buscar un camino hacia su sentido y su expresión, el discurso atraviesa diversas expresiones y acentos extraños; está de acuerdo con ciertos elementos, en desacuerdo con otros, y en este proceso de dialogización puede dar forma a su imagen y a su tono estilísticos" (de Estética y teoría de la novela, 1935).
El dialogismo así concebido explica que el diálogo que tiene lugar en la novela tradicional entre el autor y los personajes es también una forma de estructuración de la narración. El discurso entonces es como un sistema de diálogos que comprende tanto la representación de los estilos como la de los interlocutores, así como la de sus concepciones concretas, inseparables de su lenguaje.
La piscoanalista y semiótica búlgara Julia Kristeva estudia la configuración específica que logra el dialogismo -o dialoguismo, como se traduce también- en el texto, y denomina su acción como "intertextualidad", reflejando que ese diálogo se produce en el interior de un enunciado,
discurso o texto, entre el sujeto de la enunciación y el sujeto del enunciado. Esta noción de dialogismo es importante dentro de la concepción semiótica de la estructura narrativa, y separa la idea de diálogo como conversación entre dos o más personas que exponen sus ideas y comentarios de forma alternativa, de la herramienta constructiva de la novela y del texto, que permite entender la compresión general de un contenido literario o de comunicación.
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