En este espacio se disipan las barreras entre espectador y obra, por lo que se convierte en una experiencia de inmersión profunda para el para el visitante. Ahí es posible dar un paseo sobre la bóveda del cosmos, vivir la explosión primaveral con decenas de mariposas surgiendo por doquier o sumergirse en las profundidades oceánicas mientras ballenas y peces diversos nadan alrededor. Todo esto logrado digitalmente.
Curiosamente, con todo y que la tecnología predomina en el museo, la naturaleza es la temática predominante en sus espacios. Se ofrecen recorridos con recreaciones de cascadas multicolores o manadas de animales salvajes hiperrealistas. El museo ofrece exhibiciones con nombres tan sugerentes como “Camina, Camina, Camina: Universo Infinito”, “Memoria de la Topografía”, “El Universo de las Partículas del Agua en una Roca donde Reunirse” o “El Camino del Mar, flotando con él”. Todas recreando hechos naturales.
La apertura de este museo supone un acercamiento al arte desde otra visión, que incorpora la interacción total del espectador. Se hace de la mirada y del propio cuerpo, parte fundamental de la obra, haciéndola distinta cada vez, de forma inmersiva e interactiva. Este museo es, seguramente, un hito para la historia del arte y sus exhibiciones.
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