Se acepta que la zona geográfica conocida como la Mesopotamia, en la Media Luna Fértil del Cercano Oriente, es cuna de la civilización occidental. Sumerios, Acadios, Babilonios, Asirios y Persas poblaron esa región desde hace más de cinco mil años. Entre los múltiples aportes culturales que esos pueblos dejaron, está el de la "identificación visual".
Una vez que los sumerios establecieron los antecedentes del alfabeto, una combinación de ideogramas y pictogramas que devinieron en la escritura cuneiforme, los textos pasaron a ser parte del equipamiento cultural de estas civilizaciones. Esos escritos combinabas figuras, líneas, símbolos, en signos arbitrariamente funcionales. Estos elementos se ligaron a registros y conteos, que también se relacionaban con bienes, posesiones y trabajos. La especialización de los oficios y el comercio llevaron a la identificación visual: se mercaba el ganado, las propiedades y los terrenos, así como los creadores de obras artesanales.
Se podía identificar a los alfareros y otros fabricantes, así si surgía algún problema, o se deseaba volver a comprar un producto de alta calidad, se podía identificar al autor. Muchas veces se usaban tablillas de arcilla con marcas para certificar documentos y contratos comerciales. Había sellos en piedra o barro cocido para demostrar la autenticidad de edictos y otros documentos. En Mesopotamia se inventaron los sellos cilíndricos, que servían para evitar falsificaciones y validar su autenticidad. Esas especies de "marcas de fábrica" estaban individualizadas e identificaban al autor, por lo que era casi imposible copiarlas. Algunos de estos sellos se llevaban colgados al cuello o de la muñeca, para mantenerlos cuidados y a la vista.
Los grabadores de aquel entonces adquirieron gran habilidad y un sentido refinado del diseño, desarrollando lenguajes visuales muy elaborados. Se pasaba desde trazos sencillos a signos complejos, en clara relación con las ideas y los sonidos. Una vez que los persas tomaron esa región, hacia el año 500 a.C., esas habilidades pasaron a otros pueblos, como los fenicios, los cretenses y los griegos, que al ir adaptándolos a sus culturas, las transformaron, para convertirse en las formas visibles alfabéticas que hoy conocemos. Son los antecedentes de nuestro actual lenguaje visual.
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