¿En qué consiste? Esta aplicación emplea un sistema neuronal basado en inteligencia artificial que analiza la fotografía que se sube, integrándola de forma automática a sus servidores para lograr los efectos ansiados, envejeciendo o rejuveneciendo al protagonista de la foto, con un realismo sorprendente. Incluso puede hasta cambiar el sexo del usuario. Es tan atractiva y los resultados tan verosímiles, que en unos pocos días esta aplicación ha tenido millones de "bajadas" mundialmente, y se ha vuelto un moda en las RR.SS. Lo más curioso es que su lanzamiento original fue en 2017.
Ahora bien, parece ser que en el caso de FaceApp, contrario a lo que pasa con otras aplicaciones, hay dos hechos que han hecho disparar las alarmas. Como fue desarrollada por la compañía rusa Wireless Lab, los servidores se encuentran, justamente, en Rusia, país que ya ha ganado fama de ser poco cuidadosa con el manejo de la data privada. Esto por un lado, y por otro, la política de privacidad es lo suficientemente vaga como para que haya que dudar mucho antes de aceptar sus términos. Los creadores de la app avalan un contrato que implica que aceptando, el usuario permite que sus datos puedan ser cedidos a terceras partes. Algo altamente sospechoso.
Lo sorprendente es que esta moda se ha hecho viral, y parece que la furia seguirá por unos cuantos días, hasta que, como tantas cosas en la Web, pierda interés y deje solo una inmensa data que podrá ser utilizada... no se sabe muy bien cómo.
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