Quiero exponer una concepción de modernismo y sus secuelas hasta el día actual, refiriéndome a características históricas y estéticas que me permiten diferenciar sus particularidades. Comenzaré por delimitar la idea de modernismo en sus varias aproximaciones.
Se acepta que el movimiento moderno como concepto aplicado a las manifestaciones artísticas y culturales surge en las útimas décadas del siglo XIX, siendo en la literatura donde se comienza su demarcación. Ciertamente en la lengua española tiene su expresión en las obras de varios autores hispanoamericanos, siendo el más connotado el poeta nicaragüense Rubén Darío, pero hay muchos más. Este cambio pronto se trasvasa a todas las artes.
Bajo este concepto entonces se patentiza la crisis general de las letras y por extensión del espíritu, propia de ese período finisecular, que se manifiesta consecuentemente en el arte, la ciencia, la religión y la política. En las raíces del Modernismo hay un latente desacuerdo con la civilización burguesa occidental. En ciertos sentidos, se trata de una corriente heredera del Postromanticismo decimonónico, siendo una especie de salida, y que en las demás artes se plasma en las formas del Art Nouveau (en Bélgica, Francia y España), Modern Style (en Inglaterra y luego EE.UU.), Sezession (en Austria y Hungría), Jugendstil (en Alemania y Países Nórdicos), Floreale (en Italia), y Modernismo (en Hispanoamerica).
Ciertamente el término "Modernismo" ha trascendido el período de tiempo entre 1880-1920 (mismo que se considera abarca su gestación, esplendor y decaimiento), puesto que podemos hablar de Modernismo durante las siguientes décadas entendido de otra forma más dinámica, como veremos más adelante.
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