En esencia, Snapchat es una aplicación móvil dedicada al envío de archivos, los cuales "desaparecen" del dispositivo del destinatario entre uno y diez segundos después de haberlos visto. Fue desarrollada por Artur Celeste, Bobby Murphy y Reggie Brown, estudiantes de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, en 2010, y que se comercializó a mediados de 2012. Esos archivos son enviados a través de mensajes privados o en grupos de conversación.
Snapchat permite a los usuarios tomar fotografías, grabar vídeos, añadir textos y dibujos y enviarlos a una lista de contactos limitada. Estos vídeos y fotografías se conocen como "Snaps" y los usuarios pueden controlar el tiempo durante el que estos serán visibles (de 1 a 10 segundos de duración), tras lo cual desaparecerán de la pantalla del destinatario y serán borrados del servidor de Snapchat. La comunicación efímera en su mejor presentación.
En principio, esto es para que no quede nada comprometedor en el dispositivo, que pueda ser vuelto a usar o enviar, que no ocupe espacio en la memoria y que sea básicamente una impresión para comentar en el momento. Siendo así, es increíble el éxito que ha tenido. Se calcula que hoy en día se envían 7 millardos de videos al día. Para finales de 2015 se estimaba en cien millones los usuarios de Snapchat. Lo interesante es que el grueso de ese público tiene entre 13 y 34 años. Y a principios de este 2016 ya tenía más usuarios que Twitter, Pinterest o Linkedin. De hecho, creció en un año (2015) lo que a Twitter le llevó cuatro (entre 2011 y 2015). Es una demostración de lo que impera hoy: velocidad, inmediatez... y tal vez, intrascendencia. De nuevo, parafraseando a Lipovesky, es el imperio de lo efímero.
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