La Teoría Cuántica, que surge como idea hacia 1900 con la Ley de Planck, es una expresión de la física y la matemática que explica fenómenos que la física clásica no puede. Muchos científicos fueron aportando al desarrollo de la misma, surgiendo ramas como la Teoría de los campos Cuánticos, la Mecánica Cuántica y más recientemente un fenómeno descrito por físico y matemático inglés Roger Penrose como "Cuanlanzamiento".
La mecánica cuántica pareciera contradecir algunas de las percepciones físicas evidentes, puesto que proporciona el fundamento de la fenomenología del átomo, de su núcleo y de las partículas elementales, por lo que se aplica a niveles no visibles. Sin embargo, tiene consecuencias en el mundo real, y una de esas tiene que ver con la teoría de la información, entendida ésta como el estudio de las leyes matemáticas que rigen la transmisión y el procesamiento de la información; se ocupa de la medición de la información y de la representación de la misma, así como también de la capacidad de los sistemas de comunicación para transmitir y procesar información, siendo ella misma un conjunto organizado de datos procesados, que constituyen un mensaje que cambia el estado de conocimiento del sujeto o sistema que recibe dicho mensaje. Lo que hace contradictoria a la Teoría Cuántica es que a veces se explica aún en contra de lo que pareciera ser obvio.
Lo que Penrose llama Cuanlazamiento es un fenómeno experimentalmente demostrado, en el cual la información de partículas (datos subatómicos) puede desplazarse contradiciendo las nociones de tiempo que nos son comunes. esto es, que pueden retroceder temporalmente. Claro, él habla de información cuántica, que es diferente a la atómica. Según eso, tiene que ver con la información, pero no es información. Se trata del hecho de que se pueden enviar ("lanzar") partículas mediante dispositivos específicos para que "lleven" información cuántica y permitan crear canales de comunicación subatómica dirigidos tanto al futuro como al pasado. Es una idea muy sutil, pero es un sistema físico cuántico que puede ser usado en unión con canales de información ordinaria para facilitar que estos consigan cosas que la sola señalización ordinaria de partículas no puede lograr.
Es un fenómeno muy sutil, de difícil comprensión, puesto que implica que los Quantum pueden volver al pasado usando equipos moleculares de lanzamiento apropiado, pero tiene aplicaciones en el mundo real. Experimentos con fotones lo demuestran. Esto trae como consecuencia una posible aplicación en computación cuántica, criptografía cuántica y teleportación cuántica. Estos efectos infinitesimales pueden ser usados en microelectrónica y en informática, haciendo más eficientes, rápidas y amplias las computadoras equipadas para el manejo de tales partículas. Aún es muy pronto para ver sus aplicaciones, pero según Penrose, cuando estos experimentos puedan asociarse a formas tradicionales de nanotecnología, lo que nos depara el futuro será inimaginable.
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