Sabemos que el esperanto es un idioma creado hacia 1887 por el oftalmólogo polaco Lázaro Zamenhof, quien tenía la esperanza de que se convirtiera en la principal lengua auxiliar internacional. Por extensión, se entiende que ESPERANTO es todo lenguaje universal. Es así que el pintor y crítico de arte francés André Lhote (1885-1962) en sus textos sobre arte Escritos sobre pintura, de 1946 y Tratado de la figura, de 1950, propone entender al arte abstracto como un esperanto plástico.
Si bien las obras de Lhote no son muy conocidas, su influencia en los conceptos artísticos de las primeras décadas del siglo XX es notable. A partir de 1917, se da a la tarea de elaborar los principios del cubismo sintético y luego expone sus ideas en diferentes academias, donde ejerce la docencia entre 1918 y 1926. A partir de su contacto con la pintura abstracta de las décadas de 1910 y 1920, elabora sus análisis pictográficos en los que explica el valor del abstraccionismo como lenguaje universal. En esos años París es el foco de las nuevas tendencias, y se reconoce el trabajo de pintores como Kandinsky, Mondrian, Malévich, Kupka, Delaunay y Klee, pioneros de esta estética.
Así el arte abstracto es una experimentación de sensaciones, con una novedosa forma de abordar las emociones, bajo una racionalidad y visión nunca antes presentada. Es una aproximación diferente a la realidad, una representación de formas, texturas y colores que inaugura un lenguaje plástico nuevo. De ahí Lhote concluye que el abstraccionismo funciona bajo el concepto de concreción formal independiente de lo real figurativo, con una búsqueda de armonía, equilibrio, dinamismo sólo ligados a la libertad de expresión, independiente del tema o de toda referencia natural.
El arte abstracto tiene ya más de cien años, y sigue siendo una expresión válida, intensa y aceptada universalmente. El digitalismo ha tomado sus concepciones y las ha seguido desarrollando, con un lenguaje que, sin duda, se hace más aprehendido día a día, gracias al ciberespacio. Si bien es cierto que André Lhote no fue un pintor abstraccionista, y su propuesta sobre este estilo está ligada al análisis general de los movimientos artísticos de su época, podemos afirmar hoy que, cómo él lo asomó, el lenguaje del abstraccionismo es el esperanto de las artes plásticas.
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