"Actualmente estamos en una situación muy ambigua. Desde el comienzo del siglo XIX el hombre no ha existido más que en la medida en que el discurso había dejado de tener fuerza de ley sobre el mundo empírico. El hombre ha existido donde el discurso ha enmudecido. Y he aquí que con Saussure, Freud y Husserl, en el centro de lo que hay de más fundamental en el conocimiento del hombre, reaparece el problema del sentido y el signo. Es decir, que cabe preguntarse si este retorno del gran problema del sentido y del signo, y del orden de los signos, constituye en nuestra cultura una especie de superposición, de lo que había sido la edad clásica y de la modernidad, o bien si se trata de marcas reveladoras de que el hombre va a desaparecer, ya que hasta el presente, el orden del hombre y el de los signos habían sido incompatibles en nuestra cultura. El hombre moría a causa de los signos que nacían en el, y esto es lo que fundamentalmente quiso decir Nietzsche".
Esto sigue siendo válido hoy en día, donde la posmodernidad y el digitalismo conjugan el uso de signos y símbolos de forma que manejan una nueva cultura globalizada: ¿es el signo realmente el portador de sentidos? Esta entrevista figura en El libro de los otros, publicado por Bellour en 1971, y del cual extraeré otros textos de sus entrevistados.
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