En la onda de la cibercultura, el ciberarte y la ciberestética, podemos hablar también de la CIBERECOLOGÍA. Nadie duda de que vivimos rodeados de múltiples formas de tecnología, independientemente del país, clase social o profesión. Específicamente, una gran parte de la población mundial está ligada a la comunicación digital: internet, wi-fi, conexiones inalámbricas y por fibra. Es decir, tenemos un ambiente social interconectado.
Así como se define "ecología" como la ciencia que estudia los seres vivos como habitantes de un medio, y las relaciones que mantienen entre sí y con el propio medio, podemos decir que la "ciberecología" estudia las relaciones entre los seres humanos que se producen vía internet mediante múltiples dispositivos técnicos, que generan un ambiente de comunicación que abarca espacios públicos y privados.
Es decir que estamos rodeados de formas tecnológicas (laptops, tablets, teléfonos inteligentes, chips y pantallas), que nos mantienen conectados permanentemente, y que forman parte no sólo de nuestro entorno, sino de nuestras personas. Al estudio de este ambiente es el que podemos llamar ciberecología, que no tiene nada que ver con la preservación del planeta, ni con la vida vegetal o animal. Entender que estamos rodeados no sólo de naturaleza, no solo de edificaciones y espacios urbanos, sino ahora también de redes digitales. Existe internet de las cosas, que nos relacionan con objetos programados, existen redes sociales, que nos atan a comunidades en todo el mundo, y existe la World Wide Web, la red más extensa de conocimiento y datos que jamás haya existido. ¡Y lo que falta!
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