El escéptico es aquel que profesa duda como fundamento del conocimiento, y puede estar en desacuerdo con lo que generalmente está aceptado como "verdad". La palabra escéptico viene del griego skeptikoi (del término griego skeptesthai, que significa examinar). La etimología de esta palabra implica su sentido: es escéptico es "quien investiga". Los filósofos escépticos no creen en una verdad objetiva, porque todo es subjetivo, dependiendo del sujeto que estudia y no del objeto estudiado. Esta es una idea que va a ser capital hasta el día de hoy.
Es Pirrón de Elis (360-270 a. C) quien más claramente define el escepticismo. Llegó a ser tan radical en su postura que negaba que se pudiera llegar de ninguna manera a los primeros principios de la deducción filosófica clásica, puesto que antes de cualquier deducción había que dudar de toda afirmación. Después varios pensadores clásicos reformularon el escepticismo, en lo que se conoce como segundo sofística, siendo Luciano de Samosata y Sexto Empírico los más notables, ya durante el Imperio Romano.
El escepticismo fue dejado de lado como forma de pensamiento en el mundo medieval, hasta que durante el Renacimiento se retomó al estudiar las culturas clásicas, y luego el francés René Descartes (1596-1650) le dio una nueva formulación con la idea de la duda metódica, que es un método y un principio para llegar a una base de conocimiento cierto, desde donde partir y fundamentar otros conocimientos del mundo. En El discurso del método (1637), formula el famoso adagio "Je pense, donc je suis", "Pienso luego existo", y en 1644 publica Principios de la filosofía, donde aparece en latín en esa misma famosa expresión como "Cogito, ergo sum". De ahí en más, muchos filósofos y teóricos han abrazado el escepticismo como forma de llagar a la verdad.
Pirrón de Elis |
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