"La experiencia de una criatura viviente es capaz de tener cualidad estética, porque el mundo actual en el que vivimos es una combinación de movimiento y culminación, de rompimientos y reuniones. El ser viviente pierde y restablece alternativamente el equilibrio con su entorno, y el momento de tránsito de la perturbación a la armonía es el de vida más intensa. En un mundo acabado, el sueno y el despertar no podrían distinguirse; en uno completamente perturbado no se podría ni siquiera luchar con sus condiciones; en un mundo como el nuestro, los momentos de plenitud jalonan la experiencia como intervalos rítmicamente gozados".
¿Un mundo acabado?
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