sábado, 25 de junio de 2022

Posmodernidad y sus variantes

He hablado en entradas anteriores sobre el movimiento moderno del siglo XX, sus antecedentes y sus consecuencias. las tres etapas de la estética moderna (Art Nouveau, Modernismo y Estilo Internacional), la premodernidad del siglo XIX y la posmodernidad el el último tercio del siglo XX. Se entiende por "posmodernidad" al conjunto de cambios sucedidos desde mediados de la década de 1960 en todos los ámbitos sociales, políticos y sobre todo culturales, que surgen como crítica de lo establecido como "modernidad". Sus primeras manifestaciones surgen en el arte, la música y la arquitectura y ya a principios la década de 1980 se ha consolidado como nueva expresión de un racionalismo múltiple, que presta atención a lo formal, junto con un eclecticismo que busca diversas formas de expresión, que se junta, de alguna manera, con una carencia de ideología y compromiso social.

Este movimiento se asocia con la teoría de la deconstrucción, que se considera una posición post-estructuralista de análisis de la realidad, basada en las paradojas y aplicada a diversas disciplinas. Es la complejidad y la contradicción como forma de pensamiento. La modernidad se ve afectada por estos cuestionamientos, que derivan en distintas versiones posmodernas: el tardo-modernismo, el neo-modernismo, el re-modernismo y el hipermodernismo. En la arquitectura esto se nota fuertemente, pero también en todas las artes, la literatura, la moda y en la cultura occidental en general. 

La hipermodernidad se relaciona con el digitalismo, que es el momento histórico y cultural que estamos viviendo en estas primeras décadas del siglo XXI y que a su vez se asocia con las ideas de modernidad líquida, en la que los cambios son constantes y representa una realidad de la transitoriedad. Al contrario de los sólidos, que conservan su forma y persisten en el tiempo, los líquidos son informes y se transforman constantemente, o sea, fluyen. Así es lo hipermoderno. Un ejemplo lo es la desregulación, la flexibilización o la liberalización de los mercados, así como la aceptación de toda forma expresiva cambiante y efímera. 

Estas subdivisiones, como ocurre en toda descripción histórica, son ciertamente relativas y no exactas, ni en tiempo ni en lugar, pero sirven para darnos una idea de cómo se ven (o se veían) las cosas en algún momento del pasado cercano. Para nuestro caso, conocer estas referencias es importante porque la era digital y su estética están ligadas, sin duda, a todas estas revoluciones artísticas de las últimas décadas.

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