viernes, 27 de junio de 2025

La "plataformización" de la vida urbana

 En la mayoría de las grandes ciudades del mundo se está viviendo lo que podemos llamar una "plataformización" de los entornos urbanos. La creciente digitalización de las ciudades ha sido el catalizador de un nuevo tipo de urbanismo, profundamente influenciado por el modelo empresarial globalizado que surge de la cultura digital. Este hecho, impulsado por las nuevas tecnologías, está reconfigurando los patrones de consumo y la organización social en los centros urbanos, donde corporaciones tecnológicas como Google, Amazon, Apple y Facebook, junto a plataformas como Deliveroo, Uber y Airbn, se han convertido en actores notables en la transformación de las ciudades, consolidando su dominio sobre esferas laborales, económicas y sociales.

Vemos cómo, sin darnos cuenta, plataformas tipo Instagram condicionan la forma en la que imaginamos la ciudad a través de representaciones visuales modificadas con capas de filtros, mientras que aplicaciones como Tinder o Grindr reorganizan la forma en que conocemos a otros. Google se convierte en el motor por excelencia para moverse por la ciudad y ordenarla bajo criterios de reputación digital; los ciudadanos ya no saben llegar a ninguna parte sin Google Maps, por ejemplo. En tanto que Netflix o HBO reconfiguran la forma en que representamos nuestra realidad urbana. 

En términos de movilidad y consumo, plataformas de movilidad determinan cómo nos desplazamos y qué comemos, y Airbnb alimenta formas más efímeras de habitar la ciudad. Las plataformas de consumo nos mantienen horas enganchados en la venta online de productos que no deseamos, que en muchos casos no tienen el valor del tiempo que le dedicamos, y que dejan atrás prácticas más humanas como el trueque, la cesión o el regalo.

Así, la "plataformización" de la ciudad implica una completa reconfiguración de la vida urbana a través de la intermediación tecnológica. Esta nueva dimensión relacional y virtual está haciendo que los entornos urbanos comiencen a experimentar profundas alteraciones no solo en la forma en que los ciudadanos trabajan, se mueven, consumen y se relacionan, sino en la que lo urbano es leído, entendido y vivido. 

Uno de los cambios más relevantes que ha traído esa "plataformización" es la transformación de las dinámicas laborales. El auge del trabajo digital y remoto, impulsado por plataformas como Zoom o LinkedIn, ha permitido la creación de nuevos tipos de trabajo flexible, pero también ha tenido como consecuencia  la precarización y la dependencia de los algoritmos para la obtención y aplicación de los trabajos. Ya nos vamos al trabajo, el trabajo viene a nosotros.

En fin, el paulatino dominio que las plataformas digitales van teniendo en todas las actividades urbanas, implica una completa reconfiguración de las ciudades y sus relaciones, manejadas ahora por la pura intermediación tecnológica, con la subsiguiente pérdida de vida social y relaciones humanas.

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