Estudioso del arte medieval en su juventud, conoció también muchas obras de arte orientales, lo cual le generó una pasión por lo exótico, que al final resultó evidente en su amplio trabajo que incluyó muebles, vitrales, textiles y libros, además de los carteles que le hicieron reconocido. Un logro importante en el diseño gráfico y la tecnología tipográfica, es la publicación en 1883 de L'Histoire des quatre fils Aymon ("La historia de los cuatro hijos Aymon"), una canción de gesta medieval convertida en novela popular, que trata de los cuatro hijos del Conde Aymon; Aalard, Renaud, Guichard y Richard, caballeros vasallos de Carlomagno. Se imprimió con delicadeza en grano acuatinta, proceso de foto-relieve a color con placas hechas por encargo, y cuyo trabajo total duró dos años.
Algunas ideas sobre el diseño propuestas por Grasset, que fueron rápidamente aceptadas, son los ribetes decorativos que enmarcan el contenido, la integración del texto en una unidad con las ilustraciones y el equilibrio espacial. A partir de 1886 comenzó a recibir encargos para carteles, en los que incorporó figuras de doncellas esbeltas y altas con poses estáticas, para anunciar desde chocolates y cerveza hasta tintas. Su estilo de líneas gruesas se hizo característico, y combinó eficazmente la estética medieval con la ilustración exótica oriental.
Todo esto, una curiosa y creativa combinación de tradición e innovación, es lo que le hizo muy famoso y reconocido a principios del siglo XX, siendo un baluarte del Art Nouveau francés. Sus trabajos con colores tenues, sus líneas fluidas y sus motivos florales y naturales, hacen de Grasset un clásico ejemplo de la estética de ese modernismo característico de los años 1900, típico exponente de la Belle Époque.
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