Desde hace unos días, la empresa gigante Google, ha comenzado a poner a disposición del público su chatbot de inteligencia artificial (IA) que ha bautizado con el nombre de Bard. Este quiere competir con ChatGPT, el programa lanzado por OpenAI en noviembre de 2022 y respaldado por Microsoft, que en menos de un mes llegó al millón de usuarios. Microsoft ha invertido miles de millones de dólares en ChatGPT, incorporando el producto a su motor de búsqueda Bing el mes pasado.
Por su parte, Google está incursionando en este mercado pero de manera más cautelosa; ha sido más lento y cuidadoso en la carrera de la IA generativa con Bard, que se lanza en EE.UU. y Reino Unido para empezar. Esta prueba, solo en inglés, permitirá ir ajustando el proyecto. Sabemos que los chatbots de inteligencia artificial están programados para responder preguntas utilizando un lenguaje natural similar al humano. Pueden escribir cualquier cosa, desde discursos y textos de marketing hasta código de computadora y ensayos de estudiantes. Pero Google está buscando que los contenidos y resultados sean lo más preciso posibles.
Ahora bien, hay algunas diferencias entre los dos Chat: contrario a su competidor ChatGPT, Bard puede acceder a información actualizada de internet y tiene un botón "Google it" que da acceso directo al buscador. Gracias a eso, Bard puede acceder a información mucho más actual que GPT, por ejemplo. La potencia de Bard le permitirá verificar el nombre de las fuentes en las que busca datos, como Wikipedia.
Por otra parte, como señalé anteriormente, ChatGPT maneja varios idiomas, incluidos el español, francés, árabe, mandarín, italiano, japonés y coreano, aunque su competencia en las respuestas varía según el idioma y su lengua principal es el inglés. Por su parte, hasta ahora Bard solo estará disponible en inglés. Pero por el contrario, hay una cosa novedosa e interesante en este último: no se podrán hacer tareas del colegio con Bard, porque es de acceso restringido. Bard solo permite el ingreso a mayores de 18 años. Otra cosa que dice Google es que va a monitorear de cerca a Bard para asegurarse de que se adhiera a sus propios "principios de IA", que incluyen evitar la creación o el refuerzo de sesgos. No podrá expresar opiniones "propias" ni adoptar una personalidad, aunque, al igual que ChatGPT, podrá imitar los estilos de escritura de los demás.
Estas aplicaciones, que son las pioneras, están abriendo un camino que, como ya lo dije en publicaciones anteriores sobre el tema, nos presentan un reto enorme, de muy difícil predicción y amplitud.
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