El tema del llamado capital intelectual es muy interesante y muy importante en estos tiempos de la sociedad del conocimiento y la gobernanza digital. Brevemente, el capital intelectual es el conjunto de activos intangibles de una organización o institución, o más aún un grupo social definido, que, a pesar de no ser físicos, generan valor y ventaja competitiva. Se refiere al conocimiento, la experiencia, las habilidades, la creatividad y las relaciones que poseen las personas dentro de una empresa o comunidad de interés, así como la forma en que estos elementos se gestionan y se utilizan.
Podemos dividir el capital intelectual en tres componentes principales: Humano, Estructural y Relacional. Veamos.
Capital Humano: es el conocimiento explícito e implícito que reside en las personas de la organización; sus habilidades, talentos, experiencia, educación, creatividad y capacidad de innovación. Es el motor principal de la creación de valor.
Capital Estructural: se refiere al conocimiento que se queda en la organización incluso cuando las personas se van. Incluye la cultura organizacional, los procesos, las bases de datos, las patentes, la propiedad intelectual, los sistemas de información y las rutinas de trabajo. Es la forma en que la organización organiza y almacena su conocimiento.
Capital Relacional: son las relaciones que la empresa tiene con sus grupos de interés externos, como clientes, proveedores, socios, inversores y la comunidad. Incluye la reputación de la marca, la lealtad de los clientes y la calidad de las alianzas estratégicas.
Como podemos apreciar, este valor es importante hoy en todo tipo de organización o institución, pues es un elemento que garantiza el éxito y el bien funcionamiento, en una época donde pareciera que la inteligencia artificial y el digitalismo pueden abarcarlo. En la próxima publicación veremos cómo se pueden gestionar y potenciar los activos intangibles relacionados con el conocimiento y la experiencia de las personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario