¿Qué relación hay entre la fenomenología y la epifenomenología? Esta pregunta puede tener varias respuestas y de diferente complejidad. Para los efectos de este blog, vamos a tratar de ser lo menos complicados posible. Esta interrogante abarca elementos de la filosofía de la mente y la epistemología. La fenomenología y el epifenomenalismo son dos conceptos muy diferentes que abordan la conciencia, pero desde perspectivas y con propósitos distintos. Ya hemos vista una aproximación al epifenómeno en las publicaciones anteriores.
La principal relación entre ambas concepciones fenomenológicas, es que el epifenomenalismo es una tesis metafísica sobre la causalidad de la conciencia, mientras que la fenomenología es un método y una disciplina filosófica para describir la experiencia consciente. En ambos casos se aborda el tema de la percepción, pero desde ópticas diferentes.
La Fenomenología, iniciada por el filósofo y matemático alemán, Edmund Husserl (1859-1938), es una disciplina filosófica y un método que se enfoca en el estudio de las estructuras de la conciencia y la experiencia tal como se presentan a la persona. Su objetivo no es explicar la causa física de la conciencia, sino describir la esencia de lo vivido. El propósito es describir la experiencia vivida, el "fenómeno" (aquello que aparece a la conciencia), sin hacer juicios sobre su existencia en el mundo exterior (aplicando la epojé o "puesta entre paréntesis", término que ya revisé aquí en este blog). Su enfoque tiene que ver con la experiencia subjetiva (la vivencia), la intencionalidad (la conciencia siempre es conciencia de algo), y las estructuras de la percepción, el pensamiento y el sentimiento. La pregunta básica es ¿Cómo se nos presentan las cosas? ¿Cuál es la estructura esencial de la experiencia?.
Por otro lado, como también vimos en las entradas anteriores, el Epifenomenalismo es una postura específica dentro del debate mente-cuerpo (dualismo de propiedades o fisicalismo no reduccionista) que aborda la relación causal de la conciencia. Su propósito es explicar el origen y la función causal de la mente consciente. La tesis central que le guía es que la conciencia es un producto o subproducto (un "epifenómeno") de los procesos físicos del cerebro. Los eventos cerebrales causan los eventos mentales, pero los eventos mentales no tienen poder causal sobre el cuerpo, el cerebro, ni sobre otros eventos mentales. Por eso vimos que la pregunta clave es ¿Puede la conciencia causar algo en el mundo físico? (Respuesta: No).
El conflicto surge cuando el epifenomenalismo afirma que la conciencia es causalmente inerte. Esto trae la "Crítica Fenomenológica" (Implícita): para el fenomenólogo, lo que es más evidente en nuestra experiencia (nuestro fenómeno) es que nuestros pensamientos y sentimientos parecen guiar nuestras acciones (pienso "quiero levantar la mano", y la levanto). El epifenomenalismo va radicalmente en contra de esta intuición de la experiencia vivida, al declarar que esta percepción de eficacia es una ilusión.
Así tenemos el "Uso del Fenómeno": un epifenomenalista sí puede describir el fenómeno de la conciencia (el qualia de la sensación, o la estructura intencional), pero siempre añadiría la tesis de que esta descripción (el fenómeno mismo) es causalmente inútil, siendo solo el acompañamiento de procesos físicos subyacentes. En resumidas cuentas, la fenomenología se dedica a describir lo que el epifenomenalismo intenta explicar y desfuncionalizar. Todo esto en relación con las maneras de percepción, tal como vimos en las anteriores publicaciones. Ahora bien, esta discusión se acrecienta ahora con la aparición de la inteligencia artificial, diatriba que veremos en la siguiente entrada.

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