Uno de sus aportes es la reinterpretación del concepto de "actante", término que se refiere a la designación de un participante (persona, animal o cosa) en un programa narrativo, dentro del campo comunicativo del mensaje, sea este textual, visual o múltiple. Greimas analiza las potencialidades y características de los distintos actantes un cualquier acontecimiento narrativo, y los clasifica en "categorías actanciales" que luego lleva a categorías semióticas. Estas son:
El Sujeto, que es el personaje o sintagma nominal, tiene experiencias relacionadas con otra entidad o con un objeto, y protagoniza el mensaje.
El Objeto, que se refiere a la posición actancial susceptible de mediar los actos y acciones, mediante la proyección del sujeto, de sus determinaciones o valores, y con los que el sujeto está en función.
El Destinador, personaje es qué o quién motiva al sujeto a cumplir su objetivo. Es como una fuerza que mueve al sujeto a ejercer una función.
El Destinatario, que es quién o qué recibe las metas o acciones del sujeto.
El Oponente, que se refiere al rol de auxiliador negativo, correspondiéndole, desde el punto de vista del sujeto, hacer una forma de oposición, porque en forma de actor obstaculiza la realización del programa narrativo del sujeto.
Ciertamente estas nociones, así expresadas, no se entienden bien si no se conoce a fondo tanto la obra de Greimas como las bases conceptuales en que se apoya, pero dan una idea de la importancia que tiene la propuesta de categoría semiótica del autor, para comprender cómo se estructura un relato (en todas sus manifestaciones) y la relevancia de su modelo en el campo de la semiótica y la comunicación.
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