El lingüista suizo Ferdinand de Saussure (1857-1913), reconocido como el padre de la "lingüística estructural" del siglo XX, ha tenido como referencia su famoso libro Curso de Lingüística General, publicado por sus colegas en la universidad, sobre la base de los apuntes de sus estudiantes, en 1916, de manera póstuma. Luego, muchos años después, se descubrieron textos y manuscritos suyos, que dan una idea complementaria de sus teorías, modificando incluso algunos de sus conceptos tomados como básicos. No obstante sus aportes siguen siendo fundamentales, ahora bajo nuevas perspectivas.
En 2002 se publicó Escritos sobre lingüística general, sobre el manuscrito original de Saussure, que estaba pensado para ser publicado como libro y que no pudo hacerlo en vida. En los distintos documentos hallados y publicados, se descubre una nueva interpretación de los famosos dualismos: significado-significante, lengua-habla, sincronía-diacronía y connotación-denotación. A estos se puede sumar individualidad-masividad de los lenguajes, la pragmática-semántica, la voluntad-pasividad y la famosa paradigmática-sintagmática, clave en el desarrollo de la lingüística misma.
La revisión de los escritos de Saussure nos permite concluir que estas dicotomías no son antagónicas, sino complementarias (o bien suplementarias), y que deben ser entendidas dentro de un análisis dualista de un todo semiótico. El caso principal es el del signo, que él define como una unidad en que el significante, esto es el signo que se percibe o se lee (que puede ser imagen acústica o visual), está unido a su significado, que es el contenido mental que le es dado a un signo lingüístico. Es decir, es el concepto o idea que se asocia a esa forma sensible o perceptible. Esta dualidad es indivisible, por lo que no es antagónica sino suplementaria. Este es el caso los demás dualismos, algunos de los cuales ya reseñé en este blog. En las próximas publicaciones comentaré algunos de estos otros dualismos.
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