Como parte de la discusión sobre los efectos del llamado post-humanismo en la cultura, es importante destacar la relación entre estas ideas que he venido presentando en publicaciones anteriores y las formas artísticas contemporáneas. No hay que olvidar que el post-humanismo, a diferencia del humanismo clásico (aquel pensamiento que pone en el primer plano de sus preocupaciones el desarrollo de las cualidades esenciales del ser humano), es una posición especulativa que representa o busca reconcebir el concepto de ser humano asociado a la tecnología.
Siendo así, el post-humanismo tiene una gran influencia en el arte audiovisual contemporáneo y hay diversos exponentes que hacen prueba de esto. En la teoría post-humanista, el arte se interpreta como una forma de explorar y cuestionar la relación entre los humanos y la tecnología, así como la relación entre los humanos y otros seres vivos. En lugar de centrarse en la expresión individual del artista, la teoría post-humanista se enfoca en cómo el arte puede vincularse con las preocupaciones sociales y políticas más amplias.
En este sentido, el arte post-humanista a menudo se centra en temas como la inteligencia artificial, la biotecnología y la interacción entre humanos y animales. También puede explorar las formas en que la tecnología y la ciencia están cambiando nuestra comprensión de la vida, y cómo estas nuevas comprensiones pueden afectar nuestra relación con el mundo natural. En lugar de ver el arte como algo separado de la tecnología y la ciencia, la teoría post-humanista lo ve como una forma de involucrarse más profundamente con estas áreas y de explorar las implicaciones éticas y políticas de la tecnología y la ciencia en la sociedad.
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