Se ha acuñado recientemente, en idioma inglés, el término "wokeness", que en su etimología proviene del verbo to wake, despertar, y el sufijo ness, que se usa para formar sustantivos a partir de adjetivos. Woke es el pasado simple del verbo, por lo que wokeness es algo así como la cualidad de haber despertado, o mejor aún, "despiertitud". La idea de estar "woke" ya tiene cierto tiempo, originada en los Estados Unidos y que inicialmente se usaba para referirse a quienes se enfrentan o se mantienen alerta frente al racismo. Posteriormente, llegó a abarcar una conciencia de otras cuestiones de desigualdad social, por ejemplo, en relación con el género y la orientación sexual.
Como todo lo que tiene que ver con estos temas, es una definición bastante polémica, porque ha pasado de verse como una condición de respeto y conciencia a un asunto de toma de posición política. Desde hace al menos una década se ha venido utilizando como un término general para los movimientos políticos progresistas y de izquierda, con perspectivas que buscan enfatizar la política identitaria de las personas LGBT+, de la comunidad negra y de las mujeres. Esto ha llevado el concepto de igualdad al campo de la confrontación. Las redes sociales y los medios digitales son los principales vehículos de promoción de estas ideas.
Curiosamente y como para agudizar la polémica, en los últimos años algunos factores del centro político y derecha ideológica en varios países occidentales han comenzado a usar el término woke de menudo de manera irónica. Como contrapartida, los creyentes en esta condición "woke" han comenzado a llamar wokeness a ese estado de conciencia, compromiso y activismo político e ideológico que defiende, desde todas las plataformas mediáticas y activistas, las ideas de igualdad de género o raza bajo una fórmula de lucha anti marginación y exclusión, que extrañamente excluye los temas religiosos o económicos.
De esta forma, el término wokeness ha pasado a formar parte del vocabulario activista, tanto para sus defensores como para sus detractores. De hecho, algunos movimientos de izquierda llegaron a considerarlo un término ofensivo utilizado para denigrar a quienes hacen campaña contra la discriminación. Con la extensión de las acciones de censura en redes sociales a cuentas de perfil conservador o críticas con la imposición de las posturas consideradas como "políticamente correctas" desde la izquierda, el término pasa a ser despectivo, como sinónimo de "progre", otra palabra cargada de tintes ideológicos de todo tipo.
Visto esto, no hay duda de que internet, la Web y las redes sociales son hoy un factor fundamental en el establecimiento de agendas políticas e ideológicas, y que el lenguaje sigue siendo una herramienta que se puede manejar desde cualquier campo de la vida y cultura humana, bien sea como factor de unión o como arma de destrucción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario