Este concepto, conocido desde hace unos pocos años, implica un paso más en la conjunción de desarrollo humano-máquina. Se trata de la inteligencia aumentada. Esta inteligencia aumentada (también IA) es un campo de la inteligencia artificial (IA) que se centra en la combinación de la inteligencia humana con la inteligencia artificial. La IA se utiliza para ampliar y apoyar las capacidades humanas, en lugar de reemplazarlas.
Básicamente, el término de inteligencia aumentada hace referencia al aumento de capacidades humanas al combinarlas con la tecnología. No se relaciona con ningún software o hardware específico, sino al uso de esas formas tecnológicas junto con las habilidades humanas. La tecnología nos rodea, convivimos con ella todos los días y su avance nos ha proporcionado muchos beneficios. Así ha ocurrido a lo largo de la historia; por ejemplo, hoy no podemos imaginar una vida sin aviones, sin televisión, sin computadoras. La lista de nuevas tecnologías crece cada día. Robots, realidad aumentada, algoritmos y comunicaciones de máquina a máquina ayudan a las personas en una gran variedad de tareas. Se trata de tecnologías exponenciales, es decir, duplican su potencia o velocidad de procesamiento cada año, mientras que sus costos se reducen. Esto significa que las ventajas que nos pueden aportar también lo son, por lo que es esencial relacionarse con ellas y aprender cómo funcionan.
La inteligencia aumentada (IA) se puede utilizar para una variedad de propósitos, en distintos campos de la vida. Un ejemplo es que ayuda a mejorar la toma de decisiones: la IA puede utilizarse para proporcionar información y análisis que pueden ayudar a los humanos a tomar decisiones más informadas. Así, la IA se puede aprovechar para predecir el comportamiento de los clientes, identificar riesgos potenciales y evaluar las opciones de inversión.
También es útil la suma de capacidades humanas e informáticas para automatizar tareas. La IA se puede utilizar para automatizar tareas que son repetitivas o peligrosas. Por ejemplo, la IA se puede emplear para conducir vehículos, realizar operaciones quirúrgicas y realizar tareas de fabricación. La IA es también útil para crear nuevos productos y servicios. Se puede usar para crear nuevos productos y servicios que no serían posibles sin la IA. Sirve para desarrollar nuevos tratamientos médicos, crear robots autónomos y diseñar nuevas formas de entretenimiento. En la próxima publicación algunas aplicaciones reales que ya tienen éxito en nuestra sociedad.
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