Se llama "retrofuturismo" a una tendencia estética que se puede entender como un movimiento artístico que tiene su origen en la añoranza del pasado y que muestra la influencia de las representaciones de un futuro imaginado (a menudo descripciones utópicas o distópicas) producidas en una época anterior pero vueltas a recrear. Es una expresión particular, caracterizada por la fusión de ciertas estéticas pasadas de moda con tecnología futurista. El retrofuturismo explora los temas de tensión entre el pasado y el futuro, y entre los efectos alienantes y transformadores de la tecnología.
Se reconoce al editor Lloyd John Dunn, haber acuñado el término que fue utilizado como título para su vanguardista revista artística “Retrofuturism”, publicada entre 1988 y 1993, con solo 17 números. Actualmente la definición del término retrofuturismo no es ni definitiva ni concreta, porque abarca muchas expresiones artísticas. Se podría definir como un movimiento contemporáneo, social y artístico, que basa su inspiración en el concepto de futuro de una época pasada concreta.
De hecho hay muchas manifestaciones de esta estética, algunas como la "Steampunk" que ya he nombrado en este blog. Es una tendencia que un artista adopta para progresar en su estilo, que paradójicamente avanza hacia atrás, creando un concepto atemporal, casi anacrónico, al buscar inspiración para sus obras y trabajos en aquellos supuestos futuros imaginarios creados muchos años atrás. No debe confundirse con el futurismo imaginado en su tiempo con el retrofuturismo, ya que el primero alimenta e inspira al segundo. Así, los trabajos de H. G. Wells y Julio Verne sirven de moderna influencia para las actuales obras de esta tendencia.
Dado que este movimiento se basa en gran variedad de periodos históricos y de multitud de visiones del futuro de estos, es complicado unificar la temática general del retrofuturismo. Hay muchas variantes que encuadran dentro de esta tendencia. Además del Steampunk, se incluyen el Dieselpunk, el Atompunk, el Bitpunk, el Seapunk y el Y2Kpunk. Todos identificados en el sufijo "punk", no tanto por el Punk de la década de 1970 como con su espíritu de contradicción.
El retrofuturismo puede o no ser optimista; tan es así que durante los últimos años estas historias han madurado para incorporar elementos claramente distópicos, ya sean como parte de sociedades perfectas o bien siendo el elemento visual fundamental. Es por eso que vemos historias situadas durante la Segunda Guerra Mundial o durante la Guerra Fría, donde esta realidad alternativa inspira más miedo que esperanza. Más aún, estéticas más modernas como la de Tron o Matrix, películas futuristas, se transforman para parecer "retro", dando resultados sorprendentes.
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