La historia del 3D (es decir, "ver en tres dimensiones sobre planos") comienza en la década de 1830 con la invención del estereoscopio. Inicialmente considerado un dispositivo científico, el estereoscopio pronto entró en la cultura popular, ya que el público victoriano se fascinó con las fotografías estéreo que representan tierras lejanas, monumentos colosales, eventos actuales y escenas cómicas. En realidad se trata de un artificio, porque las imágenes están siempre en dos dimensiones sobre un plano.
La tecnología de imágenes en movimiento 3D siguió en el siglo XX, allanando el camino para el auge de Hollywood en la década de 1950, junto con productos de consumo como las cámaras View-Masters y Stereo Realist. Otros formatos 3D, especialmente la impresión lenticular y la holografía, se inventaron para generar efectos dimensionales sin la ayuda de gafas. Los artistas de hoy tienen acceso a estas técnicas análogas e innumerables herramientas digitales, lo que les permite capturar información espacial y crear mundos virtuales.
En el campo de la animación y las películas, la historia del desarrollo de la imagen en movimiento comienza antes que la invención del cinematógrafo, en el siglo XIX, y durante todo el siglo XX se va a ir produciendo un extenso y complicado avance en diferentes técnicas de animación, que convertirán esta técnica en una industria importante en todo el mundo. Contar toda la historia de este proceso sería muy extenso para este blog, por lo que dejo a los interesado buscar en la Web la gran cantidad de sitios especializados en esta historia.
En todo caso aquí solo señalo la técnica del 2D y del 3D como forma de recrear la realidad de maneras cada vez más patentes. Ya aquí en este blog también he hecho referencias a muchas de las formas de representación que abarcan estas tecnologías, que han ayudado a conformar una estética digital característica.
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