En los modelos clásicos de comunicación, el mensaje es un elemento clave, usualmente ubicado en el centro de todo el proceso. Es un elemento que puede ser abordado desde el punto de vista semiótico como del mediático (Marshall McLuhan dijo, "El medio es el mensaje"). En el mundo contemporáneo, la comunicación y los medios atiborran a los perceptores con miles de mensajes, simultáneos y encadenados, por lo que éstos pueden resultar abrumadores. Pero, curiosamente, de una multiplicidad de mensajes, el público selecciona los que le son más afines, más accesibles o más fáciles de comprender.
El perceptor escoge, de manera inconsciente o intuitiva, los que menor esfuerzo le ocasionan para recibir y descifrar su significado, los que más llaman su atención o los que más despiertan necesidades de su personalidad. Los usuarios se identifican con los mensajes que respetan (y se sintonizan) el conjunto de sus normas de grupo y sus valores. No debe olvidarse que los públicos forman parte de grupos sociales de interés. Siendo así,el factor de selectividad determina tanto la selección del mensaje como la percepción de su contenido.
Los comunicadores buscan una fidelidad, una preferencia en la selección, una respuesta unívoca. Se busca una forma de respuesta en función a lo que se desea. Factores como el esfuerzo, la sencillez, la facilidad y sobre todo la identificación de las necesidades, son fundamentales para el éxito de la comprensión de contenido semántico de los mensajes; esto independientemente del medio usado para su difusión.
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