En su brillante libro de 1981, ¿Cómo nacen los objetos?, el artista, escritor y diseñador italiano Bruno Munari (1907-1998), hace un análisis sistemático del proceso de diseño, y uno de sus postulados de partida es ése: el lujo no es diseño.
Dice Munari: "El lujo es la manifestación de la riqueza incivil que quiere impresionar a quien se ha quedado pobre (...). Es el triunfo de la apariencia sobre la sustancia". Apunta que sólo los ignorantes admiran y envidian a los que viven lujosamente. Es una forma de arrogancia que solamente interesa a los cretinos. La ostentación sólo deslumbra a los estúpidos. De hecho, afirma Munari, para él el lujo es una manifestación de estupidez: "¿De qué sirven los grifos de oro? Si por esos grifos de oro sale un agua contaminada, ¿no sería más inteligente, por el mismo precio, instalar un depurador de agua y tener unos grifos normales?". Dado que el lujo es la utilización impropia de materiales costosos que no mejoran las funciones de los objetos, se demuestra que su existencia es una estupidez. En consecuencia, no es un problema de diseño. Es un problema de educación.
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