Ya antes he mostrado obras en arte fractal y arte vectorial y algorítmico. Hay un nombre para una versión de estas artes, trabajadas digitalmente, que es el Fractalismo. Éste es un movimiento artístico surgido en la última década del siglo XX, que muestra antecedentes desde 1985, y que deriva del concepto matemático “fractal”. Algunos de los exponentes de este estilo han dado sus definiciones. Katherine Hyles considera la teoría de la geometría fractal de Mandelbrot como una nueva estética. Mientras que Eva Neuer lo propone como el reconocimiento de que todo el mundo está contenido en uno mismo y que, a la vez, cada uno forma parte del todo. Lo anterior implica que al cambiar uno mismo, se cambia el mundo, y las curvas fractales expresan eso. En 1999, Kerry Mitchell presentó el Manifiesto del Arte Fractal, en donde señala sus antecedentes y delimita sus características.
Una cosa curiosa es que el Fractalismo se aplica como concepto no sólo al arte visual sino que hay una extensión para la música o para la literatura. La Literatura Fractal es aquella cuyos elementos lingüísticos se multiplican por sí mismos. En este caso, los elementos fractales son múltiples: espacios y vidas que se extienden hasta el infinito, estructuras cíclicas e intrincados laberintos que se entrecruzan. Igualmente, un ejemplo de música fractal es la que ha realizado, basado en estructuras rítmicas hindúes, el compositor Philip Glass, quien creó óperas experimentales como Einstein on the Beach, que según los expertos, constituye música de naturaleza fractal.
En todo caso, hoy ya el Fractalismo ha dejado de ser una novedad, y tal como los otros ejemplos (Pixel Art, Arte Vectorial, Arte Algorítmico), sus expresiones no son comunes y aceptadas. El Arte Fractal, como su nombre lo indica, estaba basado en la geometría fractal es decir, formas caracterizadas por la "auto afinidad", donde cualquier porción de la imagen es similar al todo, con una ilimitada cantidad de detalle a todas escalas. Es importante destacar que el arte fractal debe ser expresivo, creativo y requiere inteligencia y esfuerzo. Siendo así, la obra fractal no es aleatoria ni creada por máquinas, se requiere del genio artístico que las planee y calcule de origen, por lo que tampoco es una práctica al alcance de cualquiera que tenga una computadora. Las fractales de Mandelbrot, las fractales de Julia y otra gran cantidad de curvas matemáticas dan origen a diferentes representaciones digitales, que son una muestra evidente de la estética digital.
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