martes, 4 de septiembre de 2018

Sobre la belleza, la estética y la felicidad en Freud

En su texto de 1930, El malestar de la cultura, Sigmund Freud (1856-1939) aborda el tema de la psicología social, resaltando el antagonismo existente entre las exigencias instintivas naturales  y las restricciones impuestas por la cultura. Es decir, mientras la cultura intenta instaurar unidades sociales cada vez mayores, restringe para ello el despliegue y la satisfacción de las pulsiones sexuales y agresivas. Se considera uno de los textos críticos más influyentes del siglo XX en ciencias sociales (ver: https://ciberestetica.blogspot.com/2013/05/el-malestar-de-la-cultura-por-freud.html). En ese ensayo dice:
"Cabe agregar aquí el caso interesante de que la felicidad de la vida se busque ante todo en el goce de la belleza, donde quiera sea accesible a nuestros sentidos y a nuestro juicio: ya se trate de la belleza en las formas y los gestos humanos, en los objetos de la Naturaleza, los paisajes, o en las creaciones artísticas y aún científicas. Esta orientación estética de la finalidad vital nos protege escasamente contra los sufrimientos inminentes, pero puede indemnizarnos por muchos pesares sufridos. El goce de las belleza posee un particular carácter emocional, ligeramente embriagador. La belleza no tiene utilidad evidente ni es manifiesta su necesidad cultural, y, sin embargo, la cultura no podría prescindir de ella. La ciencia de la estética investiga las condiciones en las cuales las cosas se perciben como bellas, pero no ha logrado explicar la esencia y el origen de la belleza, y como de costumbre, su infructuosidad se oculta con un despliegue de palabras muy sonoras, pero pobres de sentido".  

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