No hay dudas de que la inteligencia artificial (IA) y la comunicación están estrechamente relacionadas. La IA puede utilizarse para automatizar tareas de comunicación, como la generación de contenido, la traducción de idiomas y la respuesta a preguntas. También puede utilizarse para mejorar la efectividad de la comunicación, como la segmentación del público objetivo y la creación de contenido personalizado.
Podemos ver algunos ejemplos evidentes de cómo la IA está relacionada con la comunicación, sobre todo aquella mediada: los chatbots, que son programas de computadora que pueden interactuar con los usuarios de forma natural a través del texto y se utilizan cada vez más en el servicio al cliente para responder a preguntas y resolver problemas; el mercadeo personalizado, en el que la IA se utiliza para recopilar datos sobre los clientes, como su historial de compras, sus intereses y su comportamiento en línea (estos datos se utilizan para crear campañas de marketing personalizadas que son más relevantes para los clientes individuales); la traducción de idiomas es un ámbito en el que la IA tiene gran desarrollo, porque utiliza una gran data para traducir textos entre diferentes idiomas.
También podemos nombrar algunos ámbitos en los que la inteligencia artificial aporta beneficios a los procesos de comunicación:
Eficiencia: La IA puede ayudar a automatizar tareas de comunicación que antes requerían la intervención humana, como la clasificación de correos electrónicos, la redacción de informes y la gestión de redes sociales. Esto puede liberar tiempo para que los profesionales de la comunicación se centren en tareas más estratégicas.
Efectividad: La IA puede ayudar a mejorar la efectividad de la comunicación al proporcionar datos y análisis que pueden utilizarse para segmentar el público objetivo, crear contenido personalizado y medir el impacto de las comunicaciones.
Personalización: La IA puede ayudar a personalizar la comunicación para adaptarla a las necesidades y preferencias individuales de los destinatarios. Esto puede ayudar a mejorar la comprensión y el compromiso.
Por supuesto que se puede ver el lado negativo: los bots invasivos, las fake news, las fotos, imágenes, textos o videos trucados... Pero a fin de cuentas no es la IA la culpable sino quienes la utilizan, como sucede siempre con la tecnología.
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