En una reciente publicación hice referencia a las teorías que estudian la fealdad como elemento de estudio. Ciertamente es un tema polémico, porque no hay manera clara de definir la fealdad o la belleza, pero sin duda, aceptemos cualquier criterio, es una tópico atractivo. Tan es así que hay varias aproximaciones a una teoría de la fealdad, como vimos. En principio estas concepciones pueden resumirse en algunos planteamientos distintos entre sí.
Podemos comenzar hablando de la teoría de la negación de lo bello. Esta es probablemente la más antigua y tradicional. Es la que sostiene que lo feo es lo contrario a lo bello. Lo bello es aquello que es armonioso, proporcionado y equilibrado, mientras que lo feo es aquello que no cumple con estos criterios. Esta teoría se basa entonces en la idea de que la belleza es un concepto universal y objetivo. Lo bello es aquello que agrada a la vista, al oído o al sentido estético. Por el contrario, lo feo es aquello que produce rechazo o desagrado. Como es evidente es una posición muy simplista y radical, que depende de la subjetividad de quien percibe el hecho estético.
Otra teoría, más ligada a la sociología, es la teoría de la construcción social, que afirma que la fealdad es una construcción social. Lo que consideramos feo depende de nuestros valores y creencias culturales. Esta teoría se basa en la idea de que la belleza es un concepto subjetivo. Lo que consideramos bello o feo depende de nuestra educación, nuestras experiencias y nuestras creencias. Por ejemplo, en algunas culturas, los tatuajes se consideran feos, mientras que en otras se consideran bellos. Esto se debe a que los tatuajes tienen diferentes significados culturales en diferentes partes del mundo. Sin duda esta representa mejor los conceptos relativos de la percepción de la realidad, pero no es capaz de señalar dónde están esas diferencias marcadas.
También está la teoría de lo feo negativo, que sostiene que lo feo es una experiencia negativa. Lo feo nos produce rechazo, disgusto o incluso miedo. Esta teoría se basa en la idea de que lo feo está asociado con lo peligroso, lo sucio o lo desagradable. Por lo tanto, lo feo nos produce una reacción emocional negativa. Por ejemplo, la mayoría de la gente considera que las serpientes son feas. Esto se debe a que las serpientes están asociadas con el peligro y la muerte. Hay una teoría de la negatividad que está asociada al pensamiento crítico, que habla de una estética de la negatividad, contraria al positivismo, que exige una visión diferente de lo que es feo y lo que es bello.
Hay una teoría llamada de la ironía, que propone que lo feo puede ser una forma de ironía. Lo feo puede ser utilizado para provocar una reacción emocional en el espectador, ya no de placer pasivo sino de emoción activa, sea positiva o negativa. Esta teoría se basa en la idea de que la belleza es algo que se espera. Por lo tanto, lo feo puede ser utilizado para sorprender o perturbar al espectador. Por ejemplo, en el arte moderno, se utilizan a menudo elementos feos para crear un efecto de sorpresa o provocación. Esta intención provocadora es, sin duda, una expresión de ironía en muchos sentidos.
Realmente hay algunas otras teorías estéticas que de alguna forma contrastan lo bello con lo feo. Estas son solo algunas de las ideas que se han desarrollado en los últimos años. La fealdad, sabemos, es un concepto complejo y ambiguo, y no hay una única teoría que pueda explicarlo por completo.
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