El escritor, crítico de arte y pintor británico, John Berger (1926-2017), tiene un texto muy relevante para el campo de la comunicación visual, el arte y la semiótica, Modos de ver, de 1972, que ya he reseñado en este blog. El libro está basado en una serie de programas de televisión que buscaba analizar la manera en que vemos hoy las obras de arte y de diseño, incluyendo las imágenes publicitarias, en el campo del capitalismo y del consumismo. Uno de esos temas el el control de la representación y del contenido por parte de quien maneja los poderes del acceso a la creación de la obra artística. En ese sentido, afirma:
"Las artes visuales han existido siempre dentro de cierto coto; inicialmente, este coto era mágico o sagrado. Pero era también físico: era el lugar, la caverna, el edificio en el que o para el que se hacía la obra. La experiencia del arte, que al principio fue la experiencia del rito, fue colocada al margen del resto de la vida, precisamente para que fuera capaz de ejercer cierto poder sobre ella. Posteriormente, el coto del arte cambió de carácter y se convirtió en coto social. Entró a formar parte de la cultura de la clase dominante y fue físicamente apartado y aislado en sus casas y palacios. A lo largo de toda la historia, la autoridad del arte fue inseparable de la autoridad del coto".
Se entiende aquí que ese coto, ese espacio social delimitado, estaba relacionado con el poder, la autoridad y el conocimiento. Hoy en día, han cambiado esos sistemas de relaciones. Los medios modernos de reproducción han destruido de alguna manera, la autoridad del arte, para sacarlo de ciertos cotos limitados. Pero eso también ha convertido las imágenes artísticas en obras efímeras. Es decir, ha cambiado su poder en sí mismas, así como ha cambiado el poder de quien las crea y las difunde. la autoridad ha pasado a ser múltiple, en una sociedad que ha aprendido a consumir imágenes. De todo tipo...
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