En su libro de 1999, El poder de la imagen, el profesor de arte y diseño, Jorge Frascara (nacido en Buenos Aires en 1939), a quien he nombrado otras veces en el blog, analiza, entre otros aspectos ligados al diseño de la imagen -como el conocimiento, la emoción, el ambiente y las estrategias comunicacionales-, el de la relación entre las culturas y el diseño de la información. Sobre esto, dice:
"El diseño de información, es decir, la organización del contenido de los mensajes y la concepción y producción de su presentación visual, ha sido tradicionalmente desarrollado como una disciplina basada en el pensamiento lógico, y viendo a este pensamiento como algo cuya calidad podría medirse mediante parámetros universales establecidos por la psicología cognitiva".
Este argumento es la base para la siguiente afirmación, que escribe más adelante:
"Muchos aspectos de la vida de hoy cuestionan es concepción: dado que las distancias geográficas han sido dramáticamente reducidas por la velocidad de los transportes, y dado que las diferencias de clases son menos determinantes de la interacción humana, la experiencia diaria nos pone en contacto con más gente diferente que en la época de nuestros abuelos".
Ese contacto con una gran variedad de gente, sabiendo además que ahora se diseña en un país con una cultura para muchos otros países, que puede que no tengan la misma cultura, termina generando procesos lógicos que que no toman lugar de la misma manera en grupos diferentes de gente. Ese es, entonces un gran reto, porque como señala Frascara, muchos procesos toman lugar al mismo tiempo en una tarea cognitiva, que se encuadran en dimensiones humanas ineludibles.
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