Como ya he señalado en muchas otras oportunidades con anterioridad en este blog, el concepto de estética tiene varias versiones, dependiendo de la arista epistemológica con el que se aborde. La misma palabra, ESTÉTICA, que se comenzó a usar efectivamente en el siglo XVIII, tiene distintas acepciones. Fue acuñada por el filósofo y profesor alemán, Alexander Gottlieb Baumgarten (1714-1762), hacia 1750, para referirse a la ciencia que trata del conocimiento sensorial que llega a la aprehensión de lo bello y se expresa en las imágenes del arte, en contraposición a la lógica como ciencia del saber cognitivo. Por esa misma época, el también filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804) adoptó ese término, pero su concepción estaba más enfocada en los aspectos sensibles y perceptivos de la belleza y la naturaleza, que en su estudio como ciencia. El uso que hace Kant es en realidad más fiel a la etimología (αισθητική, aisthetike, viene de αἴσθησις, aisthesis, que significa "sensación, sensibilidad"), pero el de Baumgarten tuvo más amplia aceptación, sobre todo porque Kant se enfocó en su denominada "Estética Trascendental".
La estética trascendental explica que, a pesar de la naturaleza receptiva de la sensibilidad, existen en ella unas condiciones previas que nos permiten conocer, mediante el entendimiento, los objetos dados por el sentido externo (intuición). Estas condiciones son el espacio y el tiempo. Dijo Kant: "La capacidad (receptividad) de recibir representaciones, al ser afectadas por los objetos, se llama sensibilidad. La ciencia de todos los principios de la sensibilidad a priori la llamo Estética Trascendental". Como se puede notar, está un poco distante del concepto de estética referido a la percepción y comprensión de la belleza.
El asunto es que a lo largo de la historia de la filosofía el concepto de la belleza ha ido cambiando, desde Platón y Aristóteles, hasta Theodor Adorno y Umberto Eco (todos nombrados alguna vez en este blog). No existe una sola forma de categorizar lo estético, por lo que no hay "tipos" de estética como tal. Hay transformaciones en la idea y percepción de la belleza, según las épocas y las culturas. El concepto mismo de qué cosa es lo bello ha cambiado enormemente de una época a otra y por tanto, lo que hoy consideramos lindo o hermoso, en otras épocas posiblemente habría sido considerado feo, vulgar o incomprensible.
Para mis efectos y los de mis estudios, he definido la estética desde un punto de vista no tan subjetivo: ESTÉTICA es el conjunto de elementos estilísticos y temáticos que caracterizan a un determinado autor o movimiento artístico. Esto más allá de las nociones de belleza, sensibilidad, sensorialidad o funcionalidad. Está más ligada al estilo, a la identificación de rasgos peculiares que caracterizan a un artista, una obra o un período artístico y le confieren una personalidad propia y reconocible. La diferencia entre estilo y estética es que la primera se refiere sólo a los aspectos perceptivos, en tanto la segunda abarca modos de pensar e interpretar la realidad.
Otra diferencia interesante es la que se da entre la estética y lo estético. Si bien pareciera solo un juego semántico, y sin duda ambas palabras está ligadas a una misma idea, hay una sutil diferencia entre ambas, y sobre todo en su uso y aplicación, que veremos en la siguiente publicación.
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