La experiencia estética tiene muchas formas y maneras de comprensión, pero según el teórico y filósofo francés Étienne Souriau (1892-1979), especialista en estética a quien ya he citado aquí, la existencia fenomenológica de la obra de arte en particular está signada por su ilusión perceptiva, por lo que afirma:
"Lo que parece haber de particular aquí es solamente que las cosas presentes son ilusorias: los fenómenos del color, de la luminosidad, de los dispositivos formales evocan una cosa ausente, pero de la cual me obligan a formarme una idea, a mitad de camino entre la imaginación pura y la presencia concreta. Es una ficción en la cual entro, una ilusión solicitada y consentida, una alucinación suave y colectiva".
Esto fue escrito en 1969, en su libro La Correspondance des arts, y sigue siendo válido, porque es una aproximación brillante a la ilusión estética que el arte conforma.
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