En este blog he usado ya varias veces el término "digitalismo", en especial para referirme a los movimientos artísticos y estéticos relacionados con el uso de la informática y los recursos digitales. Así como hay modernismo y posmodernismo, por ejemplo, yo he hablado de digitalismo para referirme al estilo que se basa en la estética lograda bajo esos parámetros y herramientas. Pero no es una palabra de uso corriente ni muy difundido.
El concepto de "digitalismo" también se ha utilizado en ocasiones para referirse a corrientes de pensamiento relacionadas con la transformación digital y su impacto en la sociedad. Podría considerarse como una perspectiva que abraza los avances tecnológicos y promueve la integración de la tecnología digital en diferentes aspectos de la vida, incluyendo la educación, el trabajo, la comunicación y el entretenimiento. Se centra en el potencial transformador de la tecnología digital para mejorar la calidad de vida y la eficiencia en diferentes áreas.
Además, el digitalismo también puede implicar la conciencia sobre los desafíos y problemas éticos, sociales y políticos que surgen con la creciente digitalización de la sociedad. Esto puede incluir temas como la privacidad, la seguridad cibernética, la brecha digital, el acceso equitativo a la tecnología y el impacto en el empleo, por mencionar algunos.
Es decir que aunque no está tan claramente definido como es de otras nociones contemporáneas (como el transhumanismo, por ejemplo), la noción de digitalismo puede hacer referencia a perspectivas que valoran y exploran los beneficios y desafíos asociados con la transformación digital en la sociedad contemporánea, que incluye el arte y la cultura. Por eso hablamos de una estética del digitalismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario