La obsolescencia programada (y 2)

En la publicación anterior desarrollé los principios que forjan el concepto de "obsolescencia programada". Esa misma que hace que aparatos y dispositivos, entre otras cosas, se vuelvan antiguallas en muy poco tiempo. Esta planificación, basada sólo en el consumo tiene, indudablemente, consecuencias cuestionables.  

La obsolescencia programada tiene un impacto negativo en el medio ambiente, por ejemplo, ya que genera más residuos innecesarios. También puede ser un problema para los consumidores, porque que les obliga a gastar más dinero en productos que no duran. Algunos ejemplos de productos que pueden tener obsolescencia programada son:

Electrodomésticos: Los electrodomésticos, como las lavadoras, los refrigeradores y los televisores, pueden tener obsolescencia programada. Por ejemplo, los fabricantes pueden utilizar motores o componentes electrónicos que se desgastan más fácilmente.

Electrónica: Los productos electrónicos, como los teléfonos móviles, las tabletas y los ordenadores, también pueden tener obsolescencia programada. Los fabricantes pueden actualizar el software de forma regular, lo que puede hacer que los productos antiguos sean incompatibles con las nuevas aplicaciones o funciones.

Moda: La moda es un sector en el que la obsolescencia programada es muy común. Los diseñadores crean nuevas colecciones con frecuencia, lo que incita a los consumidores a comprar ropa nueva.

Ahora bien, existen varias formas de evitar la obsolescencia programada. Comprar productos de calidad; los productos de alta calidad suelen estar hechos con materiales más duraderos y son más fáciles de reparar. Arreglar los productos en lugar de reemplazarlos; cuando un producto se estropea, puede ser más rentable repararlo que comprar uno nuevo. Comprar productos de segunda mano; los productos de segunda mano pueden ser una buena opción para ahorrar dinero y ayudar al medio ambiente.

Como vemos, el elemento importante es la información. Es fundamental que los consumidores sean conscientes de esta obsolescencia programada para poder tomar decisiones de compra adecuadas.